viernes, 18 de enero de 2013
¡Y venga otra...!
El gobierno acaba de prohibir a las entidades financieras
que paguen a sus clientes por sus depósitos un interés superior al precio oficial del dinero más un punto. Así que la
remuneración máxima admitida quedaría en el 1,75%, porcentaje inferior
incluso a la inflación prevista. Pero hay trampa: los bancos están autorizados a sobrepasar el tope en un 15%
de las imposiciones, gracia que concederán lógicamente a las de mayor
volumen. Así que empresas y ricos recibirán más, mientras los pequeños ahorradores perderán, una vez más.
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